¿Todavía la quieres?- Le preguntó sin desviar la mirada.
Puck, que se estaba balanceando en la rama de un árbol, miró al suelo tratando de ignorar la pregunta. Unos instantes más tarde, se dejó caer al suelo y se quedó sentado en el suelo sobre un manojo de hojas.
¿sabes una cosa? – respondió – los duendes no entendemos de emociones humanas, no sabemos qué es odiar o amar, así que no podría decirlo.
¿te acuerdas de ella todos los días cuando te despiertas o cuando te vas a dormir? – le preguntó la niña.
- Si
- Entonces la quieres...
sábado, marzo 21, 2009
Conversaciones con una niña
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1 comentario:
A veces es mejor querer sin que te quieran, a darte cuenta que no tienes a nadie a quien querer...
Muaks!!!
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