Mar de fueguitos

"Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo. A la vuelta contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con una luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran no queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quién se acerca, se enciende."

-Eduardo Galeano-

Aun recuerdo cuando leí este testo por primera vez. Fue a principios de Marzo. La Buhardilla estaba cerrada y yo transitaba caminos tan negros como los de ahora. Abandoné la buhardilla y estuve por abandonar muchas más cosas. No es que ahora la situación este mejor... es solo que intento que otros no sufran por lo que me ocurre y no negarles yo a ellos lo que la vida me niega a mi. No lo consigo del todo pero el intento me mantiene andando al menos.

Entré en el blog de Pato y lo vi. Y Pato me dijo que Galeano estaría feliz de prestarme su texto si decidía volver a la buhardilla. Añadió que ella también con tal de que volviera a ser fuego encendido.

Y hoy, varios meses después, con cada vez mas ganas de marcharme corriendo y dejarlo todo, comiéndome todos los días las ganas de abrazar a Nerea y gritar al mundo que lo mejor que viví fue conocerla, decidí que a Galeano ya no le importaría que pusiera su texto en la buhardilla.

Y lo volví a leer y medio sonreí, algo así como una mueca que muchas veces hace Harrison Ford.... y pensé que yo antes era de esos fuegos que arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear y quién se acerca se enciende. Era sobre todo ese tipo de fuego cuando Nerea llego a mi vida, y a medida que ella se iba encendiendo con mi fuego yo ardía aun mas contento de verla a ella encenderse....

Y fue conociendo poco a poco cada esquinita de la buhardilla, y llegaron Benedetti, Luis García Montero, Almudena Grandes, las canciones, las poesías, las películas, los capuccinos y la nata en la comisura de sus labios.... (sus labios, cuantas veces he besado esos labios en sueños....)

Por eso lo del post anterior de perdonen la tristeza... porque siento en el alma las ausencias cuando estoy en grupo, los silencios cuando debo hablar, el no hacerla sonreír todos los días al menos siete o ocho veces, no darle mis canciones, no decirle que ella es Iris en el nuevo disco La sonrisa de Iris, no grabarlo con ella, preguntarle que canciones quiere....

Y también siento el no seguir iluminando a la gente de mi alrededor como lo solía hacer...Por cierto, la señora que trabaja limpiando mi oficina me volvió a decir que quiere hablar conmigo. Ella me nota la carga que llevo encima cada día que me ve, por mucho que yo me esfuerce en disimular....

Por esto es por lo que me cuesta tanto renunciar a Nerea... porque con ella sé que se va una parte de mí que no creo que pueda volver a recuperar. Y lo dicho, perdonen la tristeza porque siento que la buhardilla desde el cielo se vea oscurita....