sábado, abril 07, 2007

Sitios abandonados, habitaciones muertas


(Sábado, mayo 20, 2006)

Aunque soy una persona muy sensible y mis ojos son de agua, me cuesta muchísimo llorar. Expreso los sentimientos de otra manera, me comen por dentro, me arde el alma, se me escapa la vida, pero es difícil ver lagrimas corriendo por mis mejillas.

La anteúltima vez que llore por una por una mujer, Rosana cantaba “si tú no estás” en el radiocd de mi habitación. Era 1996. Hoy, y tras varios cds y 10 años después, llevo el segundo atracón a llorar en poco de un mes.

Después de que Pilar se marchara y no supiese en unas semanas de ella, solo me quedaba escuchar a Quique cantar “Se nos iba la vida”. Pedir que no rocen la herida, que no me engañen otra vez ofreciéndome otro trato.... cuando eludes tu pasado es la mejor manera de no volverlo a pisar...

Pero siempre aparece alguien, de la manera mas inesperada, de la mas sutil, sin planearlo, como si no quisiera la cosa, y me invento el trato. Entonces me invade un sentimiento de confianza propio de Gatsby, digno de la mayor locura del el Quijote, y se me ocurre pensar, esta vez si, esta es la buena....y así vamos adelante, botes que reman contra la corriente, incesablemente arrastrados hacia el pasado, hacia el abismo, hacia la nada....

Esta vez ha sido una mariposa llamada Lara, llena de luz, llena de vida y energía. Un ángel a ratos, y una brujilla a veces, un autentico encanto, alguien capaz de mover el mundo sin un punto de apoyo. Y solo han hecho falta unos pocos días para que derribe mis murallas y me quede prendado de ella.

Mi nombre no es Jay ni mi apellido Gatsby, pero por unos momentos pensé que ella tal vez me querría, que vería mas allá de mis aspecto físico.

Pensé que cuando me susurraba al oído al despedirnos que conmigo se había sentido a gusto mientras me abrazaba quizás quería decir algo mas y no solo eso, o quizás simplemente eso, que no es poco. Creí que cuando me agarraba la mano la mañana de la despedida quería que no me fuese. Creí que las lagrimas que se deslizaban por sus mejillas quizás escribirían una canción, que su regalo a ultima hora significaba un espérame, estaré contigo pronto, ya te echo de menos, no me olvides por favor....

Y hoy, después de pasar medio día entrando en mi cuenta de correo esperando su mensaje, a las 8 y media he recibido su llamada, tan dulce como solo ella puede serlo, pero devolviendo a la realidad, a la nada, al abismo, sin ninguna gana de levantarme, de fundar otra vez la esperanza.

Cumpliendo con mi oficio
piedra con piedra, pluma a pluma
pasa el invierno y deja
sitios abandonados
habitaciones muertas:
Yo trabajo y trabajo,
debo sustituir
tantos olvidos,llenar de pan las tinieblas,
fundar otra vez la esperanza.

Pablo Neruda

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